NOVIEMBRE MES DE LA FAMILIA
Todos los días son de, por y para la
familia, y la familia según algunas
definiciones: es el núcleo de la sociedad; también es el elemento natural y
fundamental de la sociedad, así mismo tiene derecho a la protección de la
sociedad y del Estado.
Si investigamos y estudiamos los orígenes
de lo que conocemos hoy como familia, su evolución desde distintos aspectos y
tiempos remotos, vamos a encontrar que existen elementos comunes y que no lo
son, dependiendo de la cultura, organización económica, política, religiosa y hasta
climatológica-geográfica, para encontrar una amalgama de tipos de familias,
aunque la razón final de estas debe ser el amor que sean capaces de compartir
los miembros de una familia, pues si una familia carece de amor se convertirá
en grupos sociales unidos por acuerdos socio/económicos, donde muchas veces hay
ventajas de una parte y desventajas de otra; un grupo social unido por
intereses y necesidades donde muchas veces la dictadura es lo que impera de
parte del que domine la situación e intereses.
Hoy en día se enfoca la descomposición
familiar como una de las razones consecuentes
de los actos delictivos inusitados y frecuentes, unido a la situación económica
y, a la desigualdad social, imperantes en nuestros tiempos, por aquello de que
nuestros hijos cuando crecen apoyados sin extremos y orientados en distintas
circunstancias suelen tener mejores resultados en su vida adulta.
Una familia tiene el gran reto de educar y
orientar de la mejor forma posible la formación de sus hijos en todas las
extensiones de la palabra, pero en muchas ocasiones se cree estar haciendo lo
mejor cuando estamos haciendo lo peor, cómo tratar de hacer nuestra función
formativa en una familia de la mejor forma posible?, es una pregunta difícil de
responder pues cada quien se considera siempre el dueño de la verdad, aunque
nuestra verdad en ocasiones este totalmente equivocada. Pero podríamos partir de las consecuencias de
nuestras orientaciones y observar hasta dónde le están ayudando a seguir
adelante a nuestros hijos para y por un
camino que no lo lleve nunca ha arrepentirse de sus hechos; por orgullo a veces
no nos queremos arrepentir de lo que hacemos, pero sí en el fondo de nuestro
interior hay eventos realizados de los que solemos arrepentirnos, aunque no, lo
aceptemos. Así mismo debemos observar,
cuáles acciones no, nos perjudican ni tampoco a los demás, pues no somos islas
somos seres socializados y lo que ocurre en determinadas personas a veces
repercute en muchas otras personas que a veces ni familias son. Es bueno siempre sopesar hasta dónde
perjudicamos o no, a nosotros mismos y a, los demás.
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Una realidad sí, que nunca pasará de moda
ni a la historia, es el amor y los valores en general que deben prevalecer en
toda sociedad, en todo grupo social en toda familia a conformarse y no importa
el tipo de familia ni el grupo que la conforme, una familia sin valores, sin
amor no suele brindar seres equilibrados ni bondadosos a nuestra sociedad, eso nunca, jamás debemos
olvidarlo, pues el precio a pagar es muy alto y desastroso. Eduquemos en el amor, pero no, en el amor que
nos convenga, en el amor verdadero, desinteresado en el amor que piensa, no
sólo en sí mismo, sino también en su prójimo, aplicando el mandamiento: “ama a
tu prójimo como a ti mismo”, si la mitad de las cosas que no, nos gustan, no se
la hiciéramos a los demás tal vez tendríamos un poco más de paz.-
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