EL FARO
Mañana triste en que miro
al horizonte y a veces me encuentro
perdida, perdida en la montaña de las preguntas sin respuestas, respuestas que
quisieron ser dadas y plasmadas por quien nada tuvo que aportar en este
caminar. Difícil se vuelve cada día
cuando remar contra corriente se vuelve improcedente, pero es la única salida,
que como alternativa te da la vida, en un mar de errores que batir ya no es necesario
porque se te han soltado las soluciones que las fuerzas no te aportan porque
entre altos y bajos a veces es difícil volver a la superficie de la alegría
para dejar atrás la melancolía.
Es tal vez este instante en
que sientes y percibes una tenue luz que te invita a luchar y continuar porque
sólo una misión tenemos: es vivir y vivir significa la lucha que cada instante
te demanda para no caer en el exceso de alguna inconciencia, batir contra corriente es una victoria diaria
que a veces ni percibimos estando sumergidos en atribulaciones que nublan las
razones de una gloriosa lucha que libramos cada día, responsabilidad de
cuidarnos a diario y hacerlo con los nuestros y posiblemente quién sabe con
quienes más, es soberano galardón que pocos continuamos por encima de los
golpes y el desazón, pero es nuestra misión en esto llamado mundo para llegar a
una meta que tal vez no visualizamos, pero que con ella andamos tal vez sin
saberlo, de la mano.
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