FORMACIÓN
DE NUESTROS
HIJOS
La concepción de nuestros hijos es un milagro de Dios y de amor, al menos así siempre debería de ser, pero lamentablemente no siempre lo es. Mas, sea cual sea la razón del nacimiento de un ser humano, deberá en nuestras vidas ser siempre, una misión excelsa a cumplir.
Nuestros hijos vienen a nuestras manos bajo la causa que sea, sin ellos pedirlo y, a todos nos pasa por igual, razón más que suficiente para hacer conciencia y amarlos, con la responsabilidad única que nos corresponde, sin cansancio, sin esperar recompensas por ello, sin obsesión de dominio y pertenencia sobre ellos, pues están en nuestras manos para formarlos, amarlos y llevarlos por el mejor de los caminos en su capacidad y valores pues cuando crezcan se marcharán de una u otra forma y, a la larga nos marcharemos también nosotros, pues nada es eterno, el tiempo marca las pautas de nuestras vidas y no podemos hacer nada contra el tiempo, más sí, en dar lo mejor a nuestros hijos, en su preparación ante la vida.
Muchos padres dejamos todo a otros, a mamá, a la abuela, a papá, a la escuela, a la persona del servicio de nuestras casas, a algún vecino, pariente, etc.; en fin a todos menos a nosotros mismos que somos los primeros y directos responsables de ellos, para así si un día si existe el fallo, la culpa no es de nosotros, nunca la queremos asumir, pues claro y desde luego es duro aceptar que nos equivocamos y más aún que alguien se atreva a señalarnos como coautores del destino de ellos si no salen dentro de lo que concebimos como ideal.
Viendo estas situaciones que abundan tanto, deberíamos pensar muy bien antes de concebir vidas, de las que luego nos pesará asumirlas permanentemente y por siempre; sino tenemos la entereza y conciencia, la dedicación, el amor, sobretodo el amor, el tiempo, ni la disposición de conciencia; deberíamos planificar los hijos a los que vamos a responder, los que podemos asumir económicamente, en tiempo, espacio y en especial en el amor y el mejor ejemplo de responsabilidad. Pues luego buscamos por qué hay tanta delincuencia y muchos de esos delincuentes cuando se analizan a fondo, son personas sin oportunidades, sin dedicación, sin opciones, sin amor, sin tiempo brindado para su espacio y formación en su hogar, son muchos huérfanos de padres vivos, por la causa que sea: el trabajo, la irresponsabilidad, desorientación, aspecto económico, falta de formación y capacitación de los protagonistas, la causa que sea. A esto podríamos sumarles, el sistema socio-económico -político;
que en vez de aportar cambios verdaderos y soluciones verdaderas éstas no llegan, quedándose aveces sólo en las buenas intenciones.
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